Entre el documental mondo y el reportaje sensacionalista del peor gusto; un producto de 1981 facturado por el desconcertarte director y productor canadiense Harry Rasky, el cual después de filmar documentales sobre Leonard Cohen, Tennessee Williams o Arthur Miller le entró el siroco y decidió perpetrar esta rareza, según sus palabras "una historia real de una versión moderna de El Hombre Elefante y otras rarezas humanas". Y con un cartel en su versión mexicana más propio de la Feria de los Horrores que de la marquesina de una sala de cine. Con una de esas frases que vale por toda la película: "Es como tratar de encontrar a DIOS y preguntarle ¿Qué quiso decir?".
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