LE LLAMABAN KING

FICHA TÉCNICA 

T.O: Lo chiamavano King
País: Italia
Año: 1971
Director: Giancarlo Romitelli
(Don Reynolds)
Guión: Renato Savino
Productor: Luigi Nannerini
Música: Luis Bacalov
Actores: Richard Harrison, Klaus Kinski, Ada Pometti, Vassili Karis, Goffredo Unger, Lorenzo Fineschi, Federico Boido, Luciano Pigozzi, John Bartha, Ada Pometti

REVIEW

Un Spaghetti Western que no pasará a la historia (ciertamente no ha pasado) por ser de los más entretenidos, decentes o minimamente recomendables. Realmente pocho y rutinario, casi nada es salvable pese a que en un principio su planteamiento podía resultar interesante: Un temible cazarecompesas deja todo para vengar la muerte de su hermano y el ultraje que sufrió la esposa de éste a manos de una banda de traficantes de armas.
Alguna propuesta bizarra como la afición de los villanos al asalto sexual y la violación o algunas escenas de violencia acaban convertidas en un simple espejismo para el anestesiado espectador. Ni tan siquiera Richard Harrison y Klaus Kinski (imponente su presencia pero apenas sale 10 minutos en pantalla) salvan la función... aunque la imagen de estos dos estandar del cine de género sirviera para dibujar una preciosa carátula de vídeo en su edición española.
Simpáticos característicos como Vassili Karis (Giallo a Venecia, La bestia nello spazio..), el Peter Lorre italiano Luciano Pigozzi (Nude... si muore, Notturno con grida...) e incluso Marco Zuanelli (apalizado por Charles Bronson en Hasta que llegó su hora) hacen un poco más llevadero el visionado de esta cinta llena de cabalgadas sin sentido y momentos de (anti)acción, que sólo funcionan minimamente en los minutos finales.

 Destacar una vez más la estupenda música para la ocasión de Luis Enrique Bacalov con un tema que serviría de sintonía principal para el vídeo juego RED DEAD REVOLVER. Y pese a todo lo negativo dicho anteriormente en esta reseña, siempre nos quedará una carátula, dos nombres (Harrison-Kinski) , una melodía y el fast forward del mando a distancia... eh! que ya quisieran muchas.

Review by Gerard f. Ordel 

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