AKA: Black Emanuelle
/ Emmanuelle in Africa
Dir: Bitto Albertini
(bajo seudónimo de Albert Thomas)
Año: 1975
País: Italia-España
Música: Nico Fidenco
(cantan Buldogs y Don Powell)
Actores: Laura Gemser, Angelo Infanti, Karin Schubert, Gabriele Tinti, Isabelle Marchall, Don Powell, Venantino Venantini
REVIEW
"Hola, soy Mae Jordan. Me firmo Emanuelle pronunciado a la francesa, es mi nombre de batalla", así se presenta Laura Gemser a Karin Schubert en el aeropuerto de Nairobi, a los 4 minutos de empezar la película, primera de la saga de Emanuelle Negra, filón que ha devenido en uno de los fenómenos más importantes de la sexploitation europea años 70. La reportera norteamericana Mae Jordan viaja, enviada por su periódico, a la capital de Kenia para ayudar a una escritora en crisis (Schubert) a completar un reportaje fotográfico. Al poco, Emanuelle comienza un flirteo con Gianni (Angelo Infanti), el marido de la escritora. Por su parte, Ann (así se llama la escritora encarnada por Karin Schubert) se desfoga sexualmente con los africanos, así lo hace con el empleado de una gasolinera en un cuartucho de la estación de servicio, sin importarle la presencia de Emanuelle. La reportera tampoco hace ascos a otros hombres, como Richard (Gabriele Tinti) otro expatriado, aficionado al J&B cuya mujer Gloria (Isabelle Marchall) es amante de Gianni; Emanuelle también se lo montará con una tribú voodoo en un ritual y con un equipo entero de cricket durante un viaje en tren, amén de momentos lésbicos con sus compañeras de reparto.
La película supuso un gran exito de taquilla y el lanzamiento de Laura Gemser como uno de los icónos eróticos de la década, que se consolidó con las posteriores entregas de Joe D'amato. Esta Emanuelle Negra es una mujer sin tapujos, deshinibida, a la que no le importa dar el pimer paso cuando le gusta un hombre: la revolución sexual femenina combinada con aliciente exótico. De hecho el cine sexy-exótico italiano estaba de moda por aquel entonces y desde un tiempo a esa parte se facturaban pelis como Bora Bora (Ugo Libertatore, 1968), La Salamandra (Alberto Cavallone, 1969) con la actriz negra Beryl Cunningham, o La ragazza dalla pelle di luna (Luigi Scattini, 1973), esta última con la eritrea-etiope Zeudi Araya. La propia Laura Gemser ya había protagonizado Amor libre (Amore libero, 1974) de Pier Ludovico Pavoni, pese a que el director Bitto Albertini siempre se atribuyó el descubrimiento como actriz de la hasta entonces fotomodelo nacida en Indonesia. Gemser también aparecía en la francesa Emmanuelle 2: La Antivirgen (Francis Giacobetti, 1975) protagonizada por Sylvia Kristel, continuación del gran acontecimiento del cine erótico Emmanuelle (Just Jaeckin, 1974); pero es cierto que por fecha de estreno, esta exploitation italiana que nos ocupa Emanuelle Nera (con una sola "M"), es anterior a la secuela oficial gala.
Emanuelle negra es una peli softcore, si bien en algunos países como Alemania se estrenó un montaje hardcore con escenas de sexo explicito que el director Albertini negaba haberlas filmado él. Por supuesto ni Gemser ni el resto de actores (incluso Karin Schubert que luego haría cine porno) tampoco intervienen en estas escenas, por otro lado insertos bastante lamentables ya que no aportan nada; baste con decir que la doble de Gemser para estas escenas es más blanca que la leche... sin doble sentido, ya que ni tan siquiera hay final feliz. Insisto, en esta ocasión totalmente prescindibles las secuencias hard, vale la pena ver la versión normal softcore.
El impacto de Laura Gemser (que no se acredita con su nombre real, sino como Emanuelle) en esta primera entrega es tremebundo, incluso si ya has visto antes muchas pelis de ella: bella, joven, fresca, segura, elegante desnuda y en cualquier tipo de situación por muy morbosa o sórdida que esta sea, algo innato en Gemser, basta verla en las odiseas de D'Amato, aun más trash.
Como curiosidad final, o intrahistoria del film, comentar que en esta peli se conocieron Laura Gemser y Gabriele Tinti, surgiendo entre ellos una bonita historia de amor, consolidada en una boda un año después que los uniría hasta la muerte del actor en 1991. Gemser cuenta que se conocieron primero en los estudios de Roma, antes de viajar a África, pero que fue en Kenia durante el rodaje donde nació el romance. En alguna escena, como las de la fiesta en la pisicina en las que ambos dialogan, se aprecia una química especial: sonrisas, miradas, lenguaje corporal o juego de seducción que va más allá de lo que seguramente pedía el guión. Para cualquier fan de la Gemser esta peli es un supermust.
Emanuelle negra es una peli softcore, si bien en algunos países como Alemania se estrenó un montaje hardcore con escenas de sexo explicito que el director Albertini negaba haberlas filmado él. Por supuesto ni Gemser ni el resto de actores (incluso Karin Schubert que luego haría cine porno) tampoco intervienen en estas escenas, por otro lado insertos bastante lamentables ya que no aportan nada; baste con decir que la doble de Gemser para estas escenas es más blanca que la leche... sin doble sentido, ya que ni tan siquiera hay final feliz. Insisto, en esta ocasión totalmente prescindibles las secuencias hard, vale la pena ver la versión normal softcore.
El impacto de Laura Gemser (que no se acredita con su nombre real, sino como Emanuelle) en esta primera entrega es tremebundo, incluso si ya has visto antes muchas pelis de ella: bella, joven, fresca, segura, elegante desnuda y en cualquier tipo de situación por muy morbosa o sórdida que esta sea, algo innato en Gemser, basta verla en las odiseas de D'Amato, aun más trash.
Como curiosidad final, o intrahistoria del film, comentar que en esta peli se conocieron Laura Gemser y Gabriele Tinti, surgiendo entre ellos una bonita historia de amor, consolidada en una boda un año después que los uniría hasta la muerte del actor en 1991. Gemser cuenta que se conocieron primero en los estudios de Roma, antes de viajar a África, pero que fue en Kenia durante el rodaje donde nació el romance. En alguna escena, como las de la fiesta en la pisicina en las que ambos dialogan, se aprecia una química especial: sonrisas, miradas, lenguaje corporal o juego de seducción que va más allá de lo que seguramente pedía el guión. Para cualquier fan de la Gemser esta peli es un supermust.
Review by Gerard Fernández Ordel
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