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PASOS DE DANZA SOBRE EL FILO DE UNA NAVAJA (LOS CRÍMENES DE LAS CHICAS DEL BALLET)

FICHA TÉCNICA
T.O.: Passi di danza su una lama di rasoio
AKA Death Carries a Cane
Año: 1973
Dir: Maurizio Pradeaux
País: Italia-España
Música: Roberto Pregadio
Cast: Robert Hoffmann, Nieves Navarro (Susan Scott), George Martin, Anuska Borova, Serafino Profumo, Simón Andreu, Anna Liberati, Rosita Torosh

 REVIEW
En esta película resultan muy evidentes los paralelismos entre la pareja formada por Nieves Navarro y Robert Hoffmann con la que formaban Tony Musante y Suzy Kendall en la seminal L'uccello dalle piume di cristallo (El Pájaro de las Plumas de Cristal, 1970) de Dario Argento. Su relación y forma de afrontar juntos un suceso macabro y peligroso, la sospecha sobre él, la investigación paralela a las pesquisas del comisario que terminan en colaboración...

Kathy (Nieves Navarro), una sueca que vive en Roma con su novio Alberto (Robert Hoffmann), presencia el brutal asesinato de una joven bailarina a través del telescopio desde un mirador turístico de la ciudad cuando enfoca a una ventana por casualidad. El Comisionado Meruggi (George Martin) se ocupa del caso y vincula el crimen con una víctima, otra bailarina.  Las sospechas recaen en un principio sobre Alberto, pero posteriores asesinatos exoneran por completo al novio de Kathy. La pareja, que inicia una investigación por su cuenta, colaborará con la policía sirviendo de cebo para capturar al maníaco homicida.

Coproducida por los Estudios Balcázar (España) y la SEFI (Italia), Pasos de danza sobre el filo de una navaja se apoya sobre unas bases seguras. Por un lado un planteamiento inicial que nos remite a Hitchcock y su Rear Window (La Ventana Indiscreta, 1954). Por otro, un desarrollo que sigue los estilemas marcados por Argento, lo que deviene en los inevitables clichés genéricos. En este caso, ser víctima del modelo, por obvio no resulta menos efectivo o más aburrido; estoy convencido que los aficionados más incondicionales le perdonan el absurdo móvil del asesino.
Pradeaux era un director con cierto estilo e intención, que acabó desencantado del mundo del cine. A lo largo de los años, por diferentes declaraciones, ha dejado entrever que fue víctima de cierta falta de libertad creativa. Guiones y montajes manipulados por productores que desvirtuaron su obra; algo que no resulta difícil de creer, y que en el caso de la película que nos ocupa, me atrevo a decir, se puede intuir más o menos.

El reparto parece heredado de los gialli de Luciano Ercoli, con su esposa Nieves Navarro (alias, Susan Scott) y Simón Andreu a la cabeza. Los giros imposibles -incluido el final-, los crímenes sangrientos y el carisma de la atractiva protagonista hacen de este giallo estándar un buen entretenimiento.
Personalmente siempre he considerado Pasos de danza sobre el filo de una navaja superior al siguiente giallo del director, Pasos de muerte en la oscuridad. Sin embargo, posteriores visitas a ambas me hacen replantearme la cuestión: la primera tiene un estilo más clásico, que obedece a un patrón determinado, en contraste con el carácter más explotativo de la segunda, en el sentido más lúdico del término.
Review by Gerard Fernández Ordel

PASOS DE MUERTE EN LA OSCURIDAD

FICHA TÉCNICA
T.O: Passi di morte perduti nel buio
(Aka; Death Steps in the Dark)
Director: Maurizio Pradeaux
Año: 1977
País: Italia-Grecia
Música: Riz Ortolani
Cast: Leonard Mann, Robert Webber, V.Kruska, Susy Jennigs, A.Maimone, Imelde Marani, Barbara Seidel, Albertina Capuani, Nazzareno Macri, Luigi Romano, B.Palma, A.Andreopoulou, MªLiz Eugene, Jessica Dublin, L.Giftopoulos, Andrew Johnson, N.Vandoros, N.Verlekis, A.Vlahos
REVIEW
En un tren con destino a Atenas viajan un fotógrafo italiano y una modelo sueca, en un momento dado el tren atraviesa un túnel y el compartimento donde viajan queda complétamente a oscuras, al volver la luz uno de sus compañeros de viaje, una mujer, aparece muerta, en su pecho esta clavado el abrecartas del fotógrafo. La policía interroga a los pasajeros de ese compartimento incluido un cura griego. El fotógrafo es el principal sospechoso y se le confisca el pasaporte. Poco después aparece muerto otro hombre que viajaba en el mismo tren y que conociendo la identidad del asesino intento chantajearle. También entrarán en acción otros personajes, como la amante del chantajista, una cantante negra de Night Club que no hace ascos a las relaciones sexuales con ambos sexos. Mientras, el fotógrafo, con la ayuda de la modelo y disfrazado de prostituta para escabullirse de la policía, intentarán descubrir al verdadero asesino.
El sibarita del giallo Maurizio Pradeaux rueda con gran elegancia y estilo esta coprodución italo-griega, en especial algunos asesinatos con juegos de luces y sombras, y las estupendas melodías de Riz Ortolani. Pero sin embargo le entra flojera a la hora de contarnos una historia, tal vez un mal guión tuvo la culpa. Para colmo, a ratos, el director parece decantarse por la comicidad y el humor grueso. Aun así su estética se basta y sobra para embaucar al espectador, al menos conmigo lo consiguió.
Sin duda inferior a Pasos de danza sobre el filo de una navaja, su anterior película. Pradeux hace un planteamiento diferente, y, aunque PASOS DE MUERTE... es puro giallo, resulta menos arquetípica, y no se le puede negar cierta originalidad, amén de no desdeñar elementos explotativos como violencia, gore, sexo, etc....
Seguramente no es del gusto de los más puristas, de hecho es una peli bastante vilipendiada entre el aficionado, y es que muchas veces las expectativas a la hora de afrontar un visionado son malas compañeras de viaje, que nos rompan los esquemas suele fastidiarnos. No es el único giallo con algún toque cómico, ahora me viene a la mente Días de amor y venganza (Giallo Napoletano, Bruno Corbucci 1978). Como fetichismo personal diré que, tanto en PASOS DE MUERTE EN LA OSCURIDAD como en Giallo Napoletano hay cierto protagonismo para una actriz negra; en la primera la bellísima Zeudi Araya (La ragazza dalla pelle di luna, La Presa, El cuerpo...), y en esta que nos ocupa el color y el calor lo pone la ignota Susy Jennigs, seguramente introducida en el proyecto y fuera de él por algún productor o afín.
Lo mejor de esta cinta, vista hoy en día, es su estética cool; también sus escenas de asesinato poderosas y sangrientas, personajes pintorescos, la música de Ortolani, sus arrebatos de sexo lésbico interracial y un cierto deje greek style... ¿Qué más quieres Valdomero? Al demonio con la historia y el guión ¡Viva la anarquía amarillesca!. Review by Gerard f. Ordel