LA ENCADENADA

FICHA TÉCNICA
T.O: La encadenada
AKA: Perversione
/A Diary of a murderess
DIR: Manuel Mur Oti
AÑO:1973
PAÍS: España-Italia
MÚSICA: Carlo Savina
CAST: Marisa Mell, Richard Conte, Juan Ribó, Anthony Steffen, Carla Caló, Beni Deus, Lili Muráti, Richard Baron, Carmen Maura, Ketty Ariel

REVIEW
Considerado uno de los directores españoles más talentosos de los años 50, década en la que irrumpió con obras que se han ido revalorizando con el paso tiempo, tal es el caso de Cielo negro (1951) o Fedra (1956), el director gallego Manuel Mur Oti alternaría en los 60 trabajos más comerciales e impersonales como la comedia Una chica de Chicago (1960) o Loca juventud (1964) a mayor gloria de Joselito, con alguna estimable cinta de género como A hierro muere (1962), thriller policial en el que una enfermera recién salida de prisión que cuida a una vieja cantante, es seducida por el sobrino de ésta con la intención de llevar a cabo el asesinato de la anciana para así cobrar la herencia. Crónica en negro que no resulta baladí traer a colación. Mur Oti acabaría su carrera cinematográfica dirigiendo sólo dos largometrajes en la siguiente década: Morir, dormir, tal vez soñar (1976) título casi invisible que supondría su último largometraje, y la cinta que nos ocupa La encadenada.
Coproducción Hispano-Italiana a cargo de la Emaus Films de Madrid y la Metheus Films de Roma. Con depósito legal de 1973, pero que no se estrenaría en nuestro país hasta enero de 1977. Filmada en Pontevedra y Roma. La historia se ambienta en Galicia. En ella, Marisa Mell es contratada para cuidar a Marcos (Juan Ribó) hijo mudo y medio retrasado de un viudo millonario interpretado por Richard Conte. La Mell guarda un enorme parecido con la difunta, a la que vemos en cuadros, flash-backs y/o ensoñaciones varias.
El muchacho, aparte de ser deficiente mental, tiene un complejo de edipo de tres pares de narices; al parecer, según un diario secreto que encuentra la Mell, fomentado por la propia madre. Con la entrada en escena del marido de la protagonista, un macarrónico y vividor Anthony Steffen, se desvela que la Mell no es más que una ladrona con pasado carcelario (como aquella de A hierro muere) que ha mentido hasta en el nombre. A estas alturas tanto el millonario como el hijo perturbado han sucumbido a los encantos de la supuesta cuidadora, que ya planea sacar tajada de la riquezas de éstos. Inspirada por el mentado diario, que describe detalladamente un plan urdido por la muerta, la ambiciosa ladrona mata al padre fingiendo un accidente. Todo pareciera despejado para manejar a su antojo al tarado, sin embargo el macarrónico e inesperado Steffen no piensa quedarse atrás y quiere su parte del pastel...
Mur Oti parece cimentar la trama en base a clichés del horror gótico (mansión que guarda oscuros secretos de una familia de rancio abolengo, descendientes enajenados, familiar difunto que parece reencarnase en un recién llegado que además es su viva imagen...), pero en realidad estamos más ante un thriller psicótico de inspiración "hitchcockiana" (el personaje de Marisa Mell es puro Hitchcock, aunque el maestro del suspense la hubiera dejado rubia) salpicado por el arrebato mediterráneo del más demencial giallo (la forma de contar la subtrama incestuosa, el sexo enfermizo con el mudo retrasado de por medio, la corrupción moral, los giros argumentales...) y algo que para mí le hace alcanzar otra dimensión: los apuntes y referencias a la superstición local y a la tradicción fantástica gallega.
El director, nacido en Vigo, no desaprovecha la ocasión para introducir estos elementos y escuchamos a los personajes hablar de brujas y terribles templarios que vuelven del más allá, en concreto sabremos de 250 caballeros templarios que están enterrados en los subterráneos de la iglesia que colinda con el pazo propiedad del millonario. Iglesia que conserva y cuida el Santo Grial. Uno de los mejores momentos es cuando una monja cuenta toda esta historia de los templarios y el Santo Grial a Marisa Mell mientras ambas dan un paseo.
Otro gran momento es cuando Richard Conte y Marisa Mell toman queimada, con el primero explicando a la Eva Kant del eurotrash las propiedades de tan tradicional brebaje gallego. Estos componentes de supercheria entroncan con ese aura de crónica negra de la España profunda que trasmite el film.
A continuación y para finalizar os transcribo algunas frases del estreno extraidas de la guía publicitaria original de 1977:
"Aquella mujer era el más hermoso reflejo de la vida... ¡Pero estaba encadenada a la muerte!".
"Con su belleza hacía palpita el amor en el corazón de los hombre... Con la ambición, la muerte apagaba ese palpitar".
"Era hermosa. Los hombres la ofrecían su amor y su fortuna. Pero ella no podía alcanzarlos, porque estaba encadenada".
"Estaba encadenada, pero los hombres la amaban, no podían ver entorno a su hermosura, esos duros y fríos eslabones".
"Buscó el amor, y no lo tuvo. La paz, y no la halló. La riqueza, jamás pudo lograrla. Y estaban solo a un paso de ella... ¡Pero ella estaba encadenada!".
"La asediaba el espanto... La seguía el delito... La esperaba la muerte... ¡Y no podía huir porque estaba encadenada!".
"La música del piano anunciaba, en la noche, los pasos de la muerte... ¡Y eran sus manos las que llamaban!". 
Review by Gerard Fernández Ordel

GALERÍA DE IMÁGENES "LA ENCADENADA" 

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