AKA: The Little Eye-Witness
/ The Boy Who Knew Too Much
Director: Guido Zurli
Año: 1972
País: Turquia
Música: Ennio Pellegrini
Actores: Ilker Inanoglu "Dickie Dickie", Filiz Akin, Ekrem Bora, Bahar Erdeniz
REVIEW
Un niño al que todo el mundo conoce por sus travesuras, que las hace con la única intención de llamar la atención de su madre a la que le reclama mas cariño, es testigo de un asesinato en la casa de sus vecinos. El niño asustado se lo cuenta a su madre y a la policía, pero esta vez nadie le cree.
La vieja fábula de "Que viene el lobo" versión giallo con niño.Thriller turco de tintes hitchconianos que empieza como una comedia y acaba convirtiéndose en un cruel y extraño cuento de terror, donde los malos no dudan en golpear y asesinar niños. La primera media hora es una sucesión de las trastadas del joven protagonista, el niño actor Dickie Dickie, que después presenciará un asesinato en casa de sus vecinos pero que dada su fama nadie creerá.
El mejor momento de la peli llega cuando la pareja de asesinos descubre que su vecinito puede desbaratar sus siniestros planes y deciden acabar con él. Para ello hacen creer a la madre del niño (interpretada por una de las más populares actrices de turquía, Filiz Akin) que un familiar ha sufrido un accidente, viéndose obligada a abandonar la casa en plena noche dejando solo a su hijo. El diretor Zurli logra crear una gran atmósfera en ese momento, cuando el niño sabe que van a por él y entra en pánico. Ventanales que se abren, relámpagos, un grifo que gotea....
Cuando la madre descubre que todo ha sido una treta llama a su hijo desde una cabina y éste le va transmitiendo por teléfono todo lo que sucede; ruidos en la puerta, pasos de alguien que entra en la casa, luces que se apagan... todo ello ante la impotencia de la mujer que desesperada no encuentra forma de volver.
El director italiano Guido Zurli (El carnicero de Viena, Garganta profunda negra, La espada del Zorro...), volvió a dirigir a Dickie Dickie en un western otomano, El pequeño cowboy (Küçük kovboy, 1973) donde coincidirá también con el mítico Cüneyt Arkin. Testigo de crimen podría formar parte de un estupendo programa doble, para visionar después del colegio, junto con Un par de Zapatos del 32, de Rafael Romero Marchent.
Review by Gerard Fernández Ordel
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