DOSSIER GIALLO ALL'ITALIANA: INTRODUCCIÓN

-DEFINIENDO EN GIALLO-
En febrero de 1963 se estrena en Italia una película de título ”hitchconiano”, La muchacha que sabía demasiado (T.O: La Ragazza che sapeva troppo) protagonizada por una joven aficionada a las novelas baratas de misterio que se ve envuelta en una aventura propia de dichas novelas. La historia, que oscilaba entre lo macabro y lo irónico, ofrecía un terror más cercano y verosímil que el del Horror gótico, consiguiendo mayor implicación emotiva por parte del espectador.

Seis meses más tarde, agosto de 1963, el mismo director nos presenta Las tres caras del miedo (T.O: I tre volti della paura ), cinta de terror compuesta por tres historias independientes; la primera se titulaba “El teléfono” y transcurría en el apartamento de una mujer que es acosada por un hombre escapado del psiquiátrico. Argumento engañoso, giros inesperados, voyeurismo y toque lésbico. El teléfono volvía a incidir en el terror ”real”, marcando de cerca la diferencia con el horror fantástico sobrenatural que mostraban los otros dos segmentos del film, Los wurdalak y La gota de agua.
La siguiente película de este director llegaría siete meses después, en marzo de 1964: Seis mujeres para el asesino (T.O: Sei donne per l'assassino). Un homicida sin rostro, vestido con impermeable, guantes y sombrero negro, se ensaña con bellas modelos. Lujuria, personajes corruptos, múltiples sospechosos  y música obsesiva; además del novedoso uso de la cámara subjetiva que convertía al espectador en cómplice cuando el asesino entraba en acción.
El director de estas tres películas era Mario Bava, y con ellas sentó las bases de un nuevo filón del cine popular italiano, que alcanzaría su máxima expresión en la década de los 70 con el director romano Dario Argento como impulsor.

Giallo (trad. amarillo) es el término utilizado por el público italiano para referirse a las películas de suspense o thriller. Deriva de una colección de novelas pulp especializadas en crimen y misterio que tenían como seña de identidad el color amarillo de sus portadas. Éstas empezaron a publicarse en 1929 por la editorial Mondadori y se trataba principalmente de traducciones al italiano de las obras policiacas de Agatha Christie, Edgar Wallace o Raymond Chandler, por citar los autores más conocidos. No en vano eran las que le gustaban a la muchacha que sabía demasiado...
Fuera de Italia, por lo general, sobrentendemos "giallo" como thriller al estilo italiano, mientras que los propios italianos lo aplican independientemente de la nacionalidad de la película. Si queremos ser más minuciosos, la locución “giallo all’italiana” resulta más correcta. Existen otras expresiones como la peyorativa “spaghetti-thriller”, o el apéndice “thrilling” que conlleva connotaciones más violentas y eróticas.

Entre 1969 y 1971 Dario Argento rueda tres películas, la conocida como “trilogía zoológica”: El pájaro de las plumas de cristal (T.O: L'uccello dalle piume di cristallo), El gato de las nueve colas (T.O: Il Gatto a nove code) y Cuatro moscas sobre terciopelo gris (T.O: Quattro Mosche di Velluto Grigio). Argento seguía el patrón de Mario Bava pero aportando un estilo visual más sofisticado, renovando su estética y enfatizando la puesta en escena de los asesinatos.
El director logra un gran éxito internacional, con la consecuente explotación de la fórmula. Otros directores, con mayor o menor fortuna, copian el “estilo Argento” llenando la cartelera de títulos imposibles y metafísicos.
Como en todo filón genérico, algunos de estos directores suplían la falta de medios y/o talento con carnaza, ofreciendo al espectador más violencia, sangre y desnudos, pervirtiendo el modelo hasta límites insospechados.
Dario Argento es el director más popular dentro del giallo italiano y su estilo el más imitado… pero no el único. Otros directores contribuyeron a forjar el género.

Del clásico whodunit a la psicodelia, pasando por lo erótico, el morbo o la obscenidad; viajes iniciático a la locura y la paranoia, tortura psicológica, vejaciones, violadores, necrófilos (o ambas cosas), voyeurs, estupro, incesto, lesbianas celosas, sectas. Contaminándose y contaminando otras corrientes y géneros como el horror gótico, el western o el cine político. Aunque habitualmente se le encuadra exclusivamente como variante del cine de terror, el giallo italiano presume de ambigüedad.

Paralelamente a Bava y Argento otros directores como Luigi Bazzoni (La mujer del lago, El día negro, Huellas de pisadas en la luna…), Romolo Guerrieri (El dulce cuerpo de Deborah, La contrafigura…), Umberto Lenzi (Orgasmo, Paranoia, Spasmo…), Luciano Ercoli (Días de angustia, La muerte camina con tacón alto…), Sergio Martino (La cola del escorpión, Vicios prohibidos, Torso…), Aldo Lado (La corta noche de las muñecas de cristal, ¿Quién la ha visto morir?...), Pupi Avati (La casa de las ventanas que ríen…), Francesco Barilli (Il profumo della signor in nero, La violación de la señorita Julia…), Ernesto Gastaldi (el más importante guionista, y director de Libido) y tantos otros, con su particular percepción del suspens y, en muchos casos, con una gran inventiva visual y narrativa, han hecho del giallo uno de los subgéneros más estimulantes, genuinos e influyentes del Cinema Bis.

Gerard f. Ordel

1 comentario:

  1. A menudo, en los foros y Facebook surge la discusión : "Giallo o Slasher?" .Cintas como Aquarius, que pese a ser italiana y poseer una estética que recuerda,inevitablemente, a títulos previos cercanos al Giallo,muchos encuadramos en el género slasher, tanto por época como por otras características.Me ha gustado tu artículo porque metes el dedo en la llaga: la propia ambiguedad del Giallo le da forma. El giallo parte del thriller, se reboza en el erotismo y el drama, no desdeña acariciar elementos políticosociales e incluirlos , más que como adorno, como parte del adn de algunas cintas , sobre todo setenteras. E incluye el poliziesco como parte de su estructura en muchas cintas. ES por ello que me gusta el término Giallo como nombre de pila, y luego se le pueden añadir mil apellidos que hacen imposible reducir a una sola expresión el género de una película , como pretenden las mentes simples. Hasta Scream , de nombre de pila Slasher, plantea la acción policial como homenaje al genero amarillo y podría llevar, éso sí, minusculado, el apellido Giallesco . Un buen artículo el tuyo que deberían leer los gafapastas habituales del foreo.

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