Aka: Catalepsia; Malastrana; Short Night of Glass Dolls
Dir: Aldo Lado
Año: 1971
País: Italia-Yugoslavia-Alemania
Música: Ennio Morricone
Cast: Jean Sorel, Ingrid Tullin, Mario Adorf, Barbara Bach, Relja Basic, Daniele Dublino, Piero Vida, Jose Quaglio, Fabijan Sovagovic, Luciano Catenacci, Michaela Martin, Jurgen Drews, Semka Sokolovic, Franca Sciutto, Sergio Serafini
REVIEW
En 1969 el realizador Dario Argento conseguía con su primer largometraje El pájaro de las plumas de cristal lanzar un nuevo género cinematográfico en Italia: el “giallo”. Este género mezclaba directamente el suspense y la intriga con la sangre y el psicoanálisis y muy pronto iba a tener variaciones muy importantes, al introducir en algunas películas una mezcla de horror y de terror como lo hizo Aldo Lado con su primera película “La corta notte delle bambole di vetro” (a.k.a. La corta noche de las muñecas de cristal) que tenía en el reparto a Mario Adorf, el protagonista del film del que Lado acababa de escribir el guión, un drama pintoresco con intriga titulado Un´anguilla da 300 milioni dirigido por Salvatore Samperi y que también hacía un pequeño papel como pintor estrafalario en “El pájaro…” de Argento.
Aldo Lado es un director nacido en Venecia que consiguió una notable técnica al ser el ayudante de dirección de Bernardo Bertolucci en El conformista, y que durante los años setenta intentó especializarse en todo tipo de géneros cinematográficos, aunque donde destacó sobradamente fue en el “giallo” o “thriller a la italiana”, consiguiendo notables películas como ¿Quién la ha visto morir? (1972), rodada en una decadente Venecia con una estupenda planificación sobre la desaparición y asesinato de una niña o El último tren de la noche (1975), una violenta película sobre la venganza salvaje y cruel de un padre hacia los asesinos de su hija, violada y muerta junto con su compañera de estudios a su regreso a Italia en ese tren nocturno desde Alemania hacia Verona. Se trata pues de un realizador no demasiado conocido por el gran público, pero que sin embargo goza de cierto culto o prestigio entre los aficionados, que lo veneran y que quizás definen como su mejor película La corta notte delle bambole di vetro, que cuenta con un estupendo guión escrito por el propio realizador en colaboración con Ernesto Gastaldi (el mejor guionista del cine de horror italiano), y también conocida como “Malastrana” (el título de rodaje que estaba previsto para su estreno en Italia y que finalmente fue el que se utilizó en Alemania); o como se llamó en Francia “Je suis vivant”; o el nombre que le pusieron en algunas ediciones videográficas norteamericanas: “Catalepsis” o “Paralyzed”.
Gregory Moore (Jean Sorel) es un periodista extranjero al que encuentran muerto en un parque de Zagreb, y una ambulancia se lo lleva a un hospital, donde los médicos rápidamente se dan cuenta de que el rigor mortis no ha hecho su efecto y que además es muy extraño que el cuerpo no esté frío todavía manteniendo su temperatura. Llaman al Doctor Ivan (Relja Basic), un antiguo amigo de Gregory que decide llevárselo a la sala de operaciones y practicar un último intento de salvarle la vida forzando su respiración con bombeo cardiovascular. Mientras esto sucede, Gregory, que no está muerto sino que se encuentra en estado cataléptico, intenta por todos los medios recordar cuáles han sido las circunstancias que le han llevado a esta situación, haciendo un esfuerzo con su mente y retornando a un pasado no demasiado lejano…
Gregory se encuentra en Yugoslavia como corresponsal extranjero cubriendo reportajes informativos para su periódico junto con otros dos compañeros periodistas, Jacques Versain (Mario Adorf), un destacado mujeriego y Jessica (Ingrid Thulin), una mujer ya madura que también es su amante, y que está celosa y preocupada porque Gregory va a recibir a la chica que ama en realidad, Mira Svoboda (Barbara Bach) una mujer joven y guapa, novia de Gregory que ignora que tiene una querida. Sin embargo, inmediatamente después de su llegada en el tren y pasar la noche con ella, la joven desaparece misteriosamente. No se ha llevado nada puesto y sus vestidos y la maleta con su pasaporte están en la habitación… Gregory es llevado a la Sala de Operaciones donde quiere indicar con un esfuerzo de su mirada que está VIVO; aunque sin embargo el bombeo de su corazón no da ningún resultado positivo y su amigo no tiene más remedio que devolverlo al depósito de cadáveres, anunciando a su compañero que quiere practicarle la autopsia para determinar de qué ha muerto, pero en el ambiente helado mortuorio, ¿por qué no siente ningún frío Gregory? Tiene que recordar, su mente debe darle la respuesta de cómo ha llegado hasta allí… El Inspector de Policía comunica a Gregory que han encontrado en el río el cuerpo de una joven que puede ser su prometida; sin embargo cuando la sacan del agua ven claramente que se trata de otra chica, cosa que no parece extrañar al Comisario que le dice a Gregory que todos los años desaparecen en la ciudad bastantes mujeres jóvenes, por lo que Gregory, avisa a sus compañeros Jacques y Jessica que va a iniciar por su cuenta una investigación de estos misteriosos sucesos con la esperanza de encontrar alguna pista que le sirva para encontrar a Mira.
Muy pronto descubren una clave en la llamada telefónica misteriosa de un hombre ciego que cita a Gregory esa noche en un puente para hablar de todo; pero cuando Gregory intenta ponerse en contacto con él, alguien se acerca corriendo y lanza al viejo desde el puente hacia el vacío. Cuando Gregory baja a ver el cadáver descubre en el bolsillo del ciego la entrada de un club musical para socios exclusivos, pero también se acerca por detrás Jacques que le indica que ha ido a esa cita para protegerlo. Gregory recrimina a Jacques su presencia allí y se introduce por la noche en ese Club y muy pronto se da cuenta de que en la sala Central hay una reunión multitudinaria de viejos y viejas esqueléticos, pálidos y casi cadavéricos de ultra tumba, sentados como en una Iglesia y escuchando un extraño Concierto… Gregory es llevado a la sala de Operaciones, donde su amigo, el Doctor Ivan va a practicarle la autopsia con un bisturí, utilizando este trabajo como práctica hacia los estudiantes de medicina que lo observan desde la cúpula de la sala. Gregory, intenta mover un dedo y “gritar” que está vivo; también con su fija mirada perdida indica que no está muerto, mientras que su cerebro sigue recordando lo que ha sucedido…
Estamos ante una original película, donde destaca una interpretación increíble de Jean Sorel como “cadáver”, desnudo y acostado en la camilla mortuoria que con su quietud y su mirada nos van a sumergir en una insólita pesadilla de miedo, locura y paranoia, que sin embargo tiene connotaciones políticas y sociales futuribles con una desgraciada realidad para la humanidad como ha sido el tema de la globalización; además no hay que olvidar que esta película tiene unas claras referencias con otras anteriores como por ejemplo, El crepúsculo de los dioses de Billy Wilder donde un muerto es quien “recuerda toda la historia y cómo demonios acabó con un tiro flotando en la piscina”; o D.O.A. (“Con las horas contadas”) de Rudolph Maté, donde Edmond O´Brien dispone de poco tiempo de vida al estar envenenado con una sustancia que le hará efecto enseguida y tiene pocas horas para descubrir al asesino; pero también con un cine de horror más reciente para esa época como La semilla del diablo de Roman Polanski, con un magnífico análisis de la brujería y de los brujos que se esconden entre las aparentes personas normales; finalmente habría que mencionar que la película de Kubrick Eyes Wide Shut, y su famosa escena de la orgía colectiva puede haber estado basada o concebida en el rito sexual y demoníaco que existe en esta película.
Por otra parte Aldo Lado reúne otra vez a Jean Sorel e Ingrid Thulin, quienes ya habían participado en la misteriosa e invisible película de Jean Daniel Simon, Adelaide o Fino a farti male, otro thriller rodado en Francia tres años antes en 1968, y que por tanto estos actores ya disponían de una inmejorable química para dar vida a una historia abstracta, misteriosa y de un horror in crescendo, donde los minutos finales pueden poner los pelos de punta a cualquiera, y que goza de una estructura visual poco vista que demuestra la gran maestría de Aldo Lado dirigiendo y estructurando las escenas, pero también debida a un excepcional montaje realizado por Mario Morra que colabora con el yugoslavo Jutta Brandstaetter para construir dos narrativas en paralelo: un pasado que tiene la clave del enigma en este presente mortuorio, donde todo lo sucedido se mezclará finalmente en un impactante shock final.
Además nos deleitamos con la música de Ennio Morricone, que se convierte así en mentor de Aldo Lado y participa como amigo suyo en todas sus producciones, construyendo para estas “muñecas de cristal”, un curioso Vals, (titulado Valzer y con voz de Edda dell´Orso) que acompañará toda la narración, pero tampoco olvida componer un abanico de música atonal y electrizante que tan famoso ha hecho la música del cine “giallo” que transmite angustia, miedo, esquizofrenia y horror.
Una película muy poco conocida pues, rodada en Praga (la escena del cementerio judío) y también en Zagreb, que el tiempo ha rescatado como cine de culto, y que empieza a gozar de un justo reconocimiento por parte de público y de coleccionistas que descubren una de esas “joyitas” del cine, escondidas y que la era digital del DVD resucita, por lo que permite su total disfrute y visionado.
Review by Antonio Domínguez López
Reseña recuperada de mi anterior página "CINE DE MEDIANOCHE" . Aprovecho para volver a dar las gracias a Antonio Domíguez por su fantástica colaboración con esta y otras reviews.
ResponderEliminarFilme atípico en verdad. De lo mejor de Aldo Lado. Contiene información subliminal sobre el Proyecto Monarca.
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