AMENAZA EN LA SOMBRA (VENECIA ROJO SHOCKING)


FICHA TÉCNICA
T.O.: Don't look now
A Venezia un dicembre rosso shoking
Dir: Nicolas Roeg
Año: 1973
País: Reino Unido-Italia
Música: Pino Donaggio
Cast: Donald Sutherland, Julie Christie, Hilary Mason, Clelia Matania, David Tree, Massimo Serato, Renato Scarpa, Sharon Williams, Adelina Poerio

 REVIEW
El británico Nicolas Roeg, antes de hacer su debut como director, comenzó su carrera como cámara; trabajó con François Truffaut, Roger Corman, Richard Lester y David Lean. Su primera película, Performance (1969), es una extravagante historia gangsteril que ofrece una reflexión sobre la cultura pop de los años 60. En Performance, al igual que en su segunda película, la australiana Walkabout (1971), Roeg se encargó personalmente de la cámara. También en Amenaza en la sombra figura como director de fotografía junto a Anthony B. Richmond, una clara indicación de que hasta qué punto es importante el aspecto visual para Roeg.  Como algunas películas de Hitchcock, Amenaza en la sombra se basa en un texto de Daphne du Maurier.
Comienza el filme. Una casa de campo. Dos niños alborotan por el jardín otoñal. Sus padres, Laura y John Baxter (Julie Christie y Donald Sutherland) están tranquilamente en casa: él mira diapositivas, ella está sentada en el sofá leyendo. Un idilio que se verá destruido de golpe. Un oscuro presentimiento hace salir corriendo a John hacia el exterior de la casa. llega demasiado tarde. Su hija Christine ya está muerta, ahogada en el estanque del jardín. Intentando superar la tragedia, el matrimonio viaja a Venecia, donde John dirige la restauración de una iglesia. Sin embargo, cuando se encuentran en un restaurante a una curiosa pareja de hermanas, éstas les recuerdan la muerte de su hija. Una de las dos mujeres mayores está ciega y, al parecer, posee facultades psíquicas...
Amenaza en la sombra es una obra maestra de belleza intemporal. Este largometraje tiene todavía hoy un efecto extraordinariamente perturbador, un horror sutil, del entorno opresivo que Roeg consigue crear, entre otros recursos con imágenes extremadamente sugestivas, aunque también gracias a la técnica de montaje (un estilo que ya anticipaba Walkabout). Desde el principio, los niveles temporal y real del filme se ven interrumpidos por violentos cambios, por abruptas transiciones y misteriosas asociaciones que crean inseguridad en el espectador.
Al igual que los mosaicos que John reconstruye en la iglesia, la verdad se esconde en pequeñas señales que se pueden combinar de forma racionalmente imposible y que hacen inútil cualquier intento de explicación convencional. El director refuerza la atmósfera irreal y amenazadora por medio de un sugerente colorido. Es sobre todo el color  rojo el que recibe un significado especial desde el principio, cuando la pequeña Christine corre por el jardín otoñal con un impermeable de este color. Más adelante, ya en Venecia, Laura lleva unas botas y un bolso rojos, sugiriendo al espectador que los Baxter no dejan de pensar en su hija. Incluso John parece tener alucinaciones, ya que ve deslizarse continuamente a un misterioso y pequeño personaje cubierto con abrigo rojo.
 
La película va adoptando el punto de vista de John. Éste, a diferencia de Laura, es un racionalista convencido que tiene que luchar contra esas supuestas visiones y se sume en una confusión cada vez mayor. Así, la Venecia invernal, gris, con sus callejones laberínticos, lejos de cualquier encanto romántico, se convierten en un reflejo de su caos interior, la ciudad revela un auténtico horror gótico: se muestra ante John, de forma chocante, como un reino de los muertos.
 
Mención aparte merece la muy conocida y, en su día, escandalosa escena de sexo entre Julie Christie y Donald Sutherland. Las dos estrellas tuvieron que filmar esta larga y maravillosa escena de amor una vez finalizado todo el rodaje. La idea, y el motivo principal de añadir este momento que no estaba en el guión original, era porque había quedado la sensación de que la pareja transmitía un exceso de frialdad o desapego en su relación. La naturalidad de la interpretación de ambos durante todo el metraje es de por sí absolutamente brillante, pero en este añadido pusieron toda la carne en el asador... y nunca mejor dicho. Warren Beatty, pareja en la vida real de Julie Christie en aquel momento, llegó a exigir que estas secuencias fueran eliminadas. Décadas después, personas involucradas en la producción declararon que Sutherland y Christie practicaron sexo real ante la cámara, algo que lógicamente ha sido desmentido por los protagonistas. Una polémica que se ha ido mitigando, en buena parte por lo extraordinario del conjunto, reivindicándose por fin como una de las mejores películas de terror y suspense de todos los tiempos.
Review by Gerard Fernández Ordel & J.H.Bruixe


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