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LOS NUEVOS EXTRATERRESTRES

FICHA TÉCNICA
Los Nuevos Extraterrestres
Aka: The Pod People
Director: Juan Piquer Simón
Año: 1983
País: España-Francia
Música: Librado Pastor
Actores: Ian Serra, Nina Ferrer, Oscar Martín, Emilio Linder, Concha Cuetos, Sara Palmer, Frank Braña, Susana Bequer,

REVIEW
Un meteorito cae en una reserva natural, una zona boscosa de montaña. Por allí merodean unos cazadores furtivos y también los jóvenes componentes de un grupo musical que han decidido pasar el fin semana de acampada. Un niño llamado Tommy ve caer el meteorito y decide acercase al lugar del suceso, allí encontrará un enorme huevo, que acabará llevándose a casa. Del huevo nace una extraña criatura que crecerá rápidamente, convirtiéndose en una especie de mascota para Tommy a la que bautizará con el nombre de Trompi.
"Originalmente se trataba de un film de terror que por cuestiones de la coproducción se convirtió en una especie de E.T. No se consiguió ni una cosa ni la otra. A pesar de ello en varios países europeos estuvo durante tres semanas como líder de ventas en vídeo". Esclarecedoras palabras éstas de Juan Piquer Simón, necesarias para entender un poco  mejor esta película.
La cinta del director valenciano entretiene, y los momentos que se pretenden terroríficos consiguen tener cierto climax; las apariciones y ataque del alienígena "malo", en el nubloso bosque, que por su atmósfera son puro cine de terror pero que contrastan brutalmente con las escenas del niño interpretado por Óscar Martín.
Algunas secuencias son un calco del film de Spielberg, y claro resulta tan evidente la comparación que acaba siendo puro delirio exploitation. Se intuyen las intenciones iniciales del director de hacer un film de horror y claustrofóbico, con unos alienígenas de buen corazón que se vuelven salvajes por la maldad terrícola y un grupo de personas acorraladas en las montañas por dichos alienígenas. Teniendo en cuenta antecedentes como Slugs o Mil Gritos Tiene la Noche (Pieces), así como sus colaboraciones en Más Allá del Terror y Escalofrío, films de horror clasificados "S", la cosa podría haber sido tremenda, o cuando menos haber conseguido algo de más empaque. Pero claro, tenemos que hablar de lo que es y no de lo que pudo ser. Al final se queda en terror y violencia muy contenida, destinada para todos los públicos... Sobre todo para todos los niños que quieran espabilar a base de golpes en la vida, porque el The End tiene tela marinera: el dramatismo puntual de E.T. El Extraterrestre llevado al paroxismo. Ahí cobran más sentido si cabe las palabras de Piquer Simón. 
Review by Gerard Fernández Ordel 

MÁS IMÁGENES DEL FILM

LA CAPILLA ARDIENTE

FICHA TÉCNICA
T.O: La capilla ardiente
Aka: Hospedándose con la muerte
Dir.: Carlos Puerto
Año: 1981
País: España-México
Música: Juan José García Caffi
ActoresBeatriz Galbó, Lucy tovar, Miguel Ayones, Ricardo Diaz, Pancho Córdova

REVIEW
Con deposito legal de 1979, pero no estrenada hasta junio de 1981,  La capilla ardiente (también registrada según fuentes oficiales con el título de Hospedándose con la muerte) cuenta con guión del gran cineasta español de género Eugenio Martín (Pánico en el transiberiano, El precio de un hombre...) y el propio director, Carlos Puerto. Sin duda estamos ante toda una rareza, turbia y prácticamente desconocida e invisible. Uno de los misterios del cult ibérico de finales de los 70 y primeros 80. Terror paranormal, casas encantadas, fantasmagoria y malsana sexualidad...
En un caserón, que hace las veces de pensión con una habitación disponible para inquilinos, habitan las dos hermas propietarias del inmueble: la joven Sara (Beatriz Galbó) y su hermana mayor, Elena (Lucy tovar). Por las noches, Sara, "invoca" a su amante fallecido (Ricardo Diaz); coge su foto, la mira, se acaricia exicitada... El espectro de éste deambula por la casa, penetra en la habitación de Sara mientras duerme, la desnuda y la sola presencia del fantasma provoca en ella orgasmos y sueños húmedos. Los gemidos de placer llegan hasta la habitación para huéspedes, alquilada por un anciano (Pancho Córdova) que no es ajeno a los misterios que allí suceden... Tal vez por ese motivo, e inducida por alguna extraña fuerza, Sara echa al anciano de la casa.
Pronto llegará un nuevo inquilino, Ángel (Miguel Ayones), un estudiante que parece poseer algún tipo de sensibilidad extrasensorial y que desde el primer momento percibe que allí suceden cosas muy extrañas. Tanto las dos hermanas como el lugar esconden terribles y sangrientos secretos del pasado.
Carlos Puerto ya había estrenado en 1978 otra inquietante y algo oscura película de terror sobrenatural, Escalofrío, que se estrenó bajo Clasificación "S" y qué siempre será recordada por los fans por el prólogo protagonizado por el célebre parapsicólogo de la época el Dr. Jiménez del Oso. Ambas películas comparten cierta atmósfera y erotismo enfermizo; pero, mientras  Escalofrío indagaba más en el satanismo, la película que nos ocupa trata sobre los encantamientos, los lugares habitados por fantasmas las maldiciones del pasado que nos acechan y los "sextos sentidos". La mayor influencia, aunque disfrazada, de La capilla ardiente es The Shining (El Resplandor), la novela de Stephen King... Sólo hay que rascar un poco y darse cuenta que Sara adquiere el mismo rol que Jack Torrance en la obra de King, y así Elena el de la esposa de Torrance, Ángel la del hijo de éstos y el anciano vendría a ser Dick Halloran, el cocinero del hotel Overlook... Por no mencionar el desenlace y el papel que juega el fuego ¿Sorprendente, verdad?
Mucho mejor de lo que puede parecer; sólo, y desbarrando, sus sórdidos componentes sexuales y de desnudez indiscriminada, su escasísimo presupuesto y una nula distribución pueden hacer que esta cinta sea despachada con desdén.
Para terminar, os invito a ver le trailer-resumen de producción propia que he subido a nuestro canal en Youtube. Se puede ver más abajo.
Review by Gerard Fernández Ordel

 MÁS IMÁGENES DE "LA CAPILLA ARDIENTE"

IVANNA

FICHA TÉCNICA
T.O: Il castello dalle porte di fuoco
AKA: Scream of the Demon Lover
/ El castillo de la puerta de fuego
DIR: José Luis Merino
AÑO:1970
PAÍS: España-Italia
MÚSICA: Luigi Malatesta
CAST: Erna Schurer, Carlos Quiney, Agostina Belli, Antonio Jiménez Escribano, Mariano Vidal Molina, Cristiana Galloni, Enzo Fisichella, Ezio Sancrotti, Giancarlo Fantini, Franco Moraldi, Renato Paracchi, Javier Rivera

REVIEW
Dirigida en 1970, Ivanna forma parte de un díptico que José Luis Merino, director todo terreno, dedicó al cine de terror junto a La orgia de los muertos (1973), ambas en regimen de coproducción con Italia, y junto al curiosísimo Eurowestern Requiem por el gringo -aunque parece ser que ésta fue terminada por Merino y Eugenio Martin, según algunas fuentes- representan las cotas mas altas de su filmografía, ampliamente dedicada al cultivo de los géneros populares.
Ivanna resulta un notable título dentro del cine fantastico español; atmosferica y de artistica fotografia, aunque lastrada por su estructura argumental de melodrama gótico y romántico, que acaba siendo reiterativo, sobre todo las discusiones entre la pareja protagonista.Lástima que la trama policial sobre los asesinatos cometidos en la región, quede un tanto apartada ante la relación del barón y la doctora, dando la impresión de que por momentos se olvida que es un film de horror. Tan solo en el último tercio se vuelca sobre el género e intenta, de manera brusca, hacer creer al espectador que está viendo una película sobre el hombre lobo, cuando en realidad se trata de una serie de crímenes sexuales y atroces. Todas las víctimas son chicas jóvenes, y las sospechas se vuelcan hacia el barón, dando una visión cobarde y vil de los lugareños, mientras en el castillo, mediante la ciencia, se intenta buscar el triunfo sobre la muerte.
Debemos destacar que la película contiene momentos memorables, como la habitacion donde ha sido asesinada Agostina Belli, bañada por la luz de la luna, con su cadáver ensangrentado.Y la magnífica utilización de los escenarios naturales, bien conjugados con la puesta en escena, como el momento del intento de violación de Erna Schurer en el foso del castillo, mientras en la parte superior el barón y sus perros oyen los gritos. Aprovechar para comentar el protagonismo de Charles Quiney, actor fetiche de Merino, que para las audiencias infantiles y juveniles de la época fue el rostro de la aventura en los primeros 70. Encarnando a Robin Hood y al Zorro, éste en 3 ocasiones, siendo protagonista en La rebelión de los bucaneros y teniendo una labor destacada en la película de aventuras coloniales El tigre del Kyber, todas ellas dirigidas por J. L. Merino, y en honor a la verdad muy palidos reflejos del cine de aventuras europeo realizado la década anterior, los 60. Basta decir que concretamenta La ultima aventura del Zorro, contiene extensos momentos de Las 3 espadas del Zorro de Ricardo Blasco.
Ivanna supone un buen ejemplo del Sex Horror de los 70, asi como una atractiva pelicula de terror, en España obviamente lo del Sex era para más allá de los Pirineos. Como curiosidad añadir que sus exteriores fueron filmados en Italia, en un pazo propiedad de la familia de Luchino Visconti, y que Roger Corman compró la película para su distribución en América, bajo el título Scream of the demon lover, mediante su New World Pictures.
Review by Chus Parrado

 GALERÍA DE IMÁGENES "IVANNA"

EL COLEGIO DE LA MUERTE

FICHA TÉCNICA
T.O: El colegio de la muerte 
AKA: El internado de la muerte
/ School of dead 
Dir: Pedro L. Ramírez 
Año: 1975 
País: España
Música: CAM España 
Cast: Dean Selmier, Sandra Mozarowsky, Victoria Vera, Norma Kastel, Carlos Mendy, Estanis Gonzalez, Angel Menendez, Tito Garcia, Cris Huertas, Elisenda Ribas, Mario Alex, Ana Farra
REVIEW
Habitualmente se suele despachar la pelicula El colegio de la muerte, dirigida en 1974 por Pedro Luis Ramírez, rapidamente, argumentando lo mala que es y comentando que es un mero exploit de La residencia (Narciso Ibáñez Serrador, 1969). Conviene dejar claro que se trata de una verdad, pero casi a medias. Mala es, aunque sería mejor decir que es mala a su pesar, porque no están aprovechados sus ingredientes argumentales, aglutinados en su delirante trama, y que no, no es una mera imitacion de La residencia, por más que sus primeros minutos inviten a creerlo. Al comienzo de la película, cuya acción transcurre en el Londres de 1899, el espectador contempla los elementos morbosos de un internado femenino, los mismos que exhibía la notable obra de Ibáñez Serrador, sólo que expuestos y filmados de forma y manera torpe y rutinaria. Para acto seguido, con un entreacto adscrito al género de misterio psicológico, penetrar en una trama propia del folletin francés de principios del siglo xx. Trama folletinesca con sus falsas verdades, falsas y ocultas identidades, temibles y crueles villanos y heroínas constantemente en peligro y amenazada. El colegio de la muerte recuerda en más de una ocasión a las primeras peliculas fantásticas de Jesús Franco, realizadas en la primera mitad de los años 60. Y está estrechamente relacionada con la poco conocida coproducción entre España y USA Fuego, dirigida en 1963 por Julio Coll, cuyo productor, Sidney Pink, fue el autor de su guion, y a la que también debe, y no poco, Darkman de Sam Raimi. Lástima que tan atractivos materiales en manos de Pedro Luis Ramírez, aunque también ayuda su escasísimo presupuesto, resulten casi estériles, casi, al manejar torpememte los mismos, mediante una direccion torpe y estática, cuando la febril trama argumental pide ritmo y vigor. Los actores ofrecen actuaciones estereotipadas, y el montaje es deficiente, aunque si bien es cierto que existe una voluntad de establecer, digamos, un visual contraste entre el físico de la protagonista, Sandra Mozarowsky, dulce e ingenuo, con el carácter cruel, falso y autoritario de los personajes que la rodean. Mencionar que los escenarios naturales, ubicados en Madrid y Toledo, como son los cementerios y las estrechas callejuelas del toledano barrio de la juderia, envueltos en neblina, debienen en inutiles practicamente, al ser incapaz el director de dar espesor atmosférico a los mismos, para que desprendan el hálito malsano e irreal al que apunta su argumento. Un argumento que contradice la puesta en escena de Pedro Luis Ramírez, puesto que apunta y asevera que el horror y el mal no reside en la truculencia, sino en los sentimientos que nos desestabilizan.   
Review by Chus Parrado

LA MARCA DEL HOMBRE LOBO

FICHA TÉCNICA
T.O: La marca del hombre lobo
Aka: Die Vampire des Dr. Dracula
Dir: Enrique López Eguiluz 
Año: 1968
País: España-Alemania
Música: Ángel Arteaga
Cast: Paul Naschy, Dianik Zurakowska, Rossana Yanni, Manuel Manzaneque, Julián Ugarte, Aurora del Alba, José Nieto, Carlos Casaravilla, Gualberto Galbán

REVIEW
Dirigida por Enrique López Eguiluzn 1968, La marca del hombre lobo supuso el inicio de la carrera de Paul Naschy mediante su personaje mas emblemático, Waldemar Daninsky. Si bien la película supone un coto cerrado de fantasía, donde algunos de los personajes icónicos del cine, la literatura y tradición oral de corte terrorífico campan a sus anchas, es obligado señalar que la sociedad que la película refleja no es sino el modelo de la España de la época, hablamos de una gerontocracia, si ustedes quieren de un modelo social concreto, esa clase alta, burguesía, que se relaciona con la nobleza, por  más que la acción, debido  a imperativos de la censura, tenga  lugar en centroeuropa.
Así nos encontramos con padres que tutelan a sus hijos para que estos cumplan adecuadamente sus roles establecidos y no adquieran malas costumbres, entregados  a sus fiestas, costumbres  y al nivel de vida que se pueden permitir, un retrato social que coincide con el realizado por Bardem en La muerte de un ciclista, si  bien en ésta con carácter crítico. Dentro de la propuesta estrictamente cinematográfica encuadrada en el género al cual pertenece, La marca del hombre lobo presenta un marcado cariz de puente entre el estilo de la Universal de los años 40, la Hammer de los 60 y la Escuela de terror italiana. Añadiendo el componente hispano que marca la sociología y comportamiento de los personajes. En esta primera obra nos encontramos ya con esa forma melodramática que Naschy tiene de abordar y plantear el género fantástico, esos  amores atormentados e imposibles, esa  entrega total, propia de la adolescencia mal curada. Aquí encontramos todo el germen de la obra de Jacinto Molina, donde convive y cohabita lo común con lo extraordinario, los paisajes reconocibles, con los mitificados, el modo de vivir al margen, que no marginal, con la sociedad establecida, la  belleza y la deformidad, el amor y la pasión con el sexo, y la maldad revestida de honorabilidad, lo sagrado y lo profano, cristianismo y paganismo, todo  ello dentro de una modernidad, la  misma de la España del antiguo régimen, presta a ser asaltada por lo atávico, y al igual que en lo melodramático, de manera total.
Nos es presentado un Waldemar que vive aparte de sus vecinos, entregado  a sus paseos por los vestigios del pasado, ese  castillo de los Wolfstein y sus tumbas de las que surgirá el espanto y la amenaza al orden establecido, de  carácter melancólico, que  irrumpe en la fiesta de disfraces, de  marcado carácter social, exigiendo  atención, como  si fuera un aviso de la próxima llegada de lo sobrenatural. Un Waldemar que mediante el sacrificio por amor, y por su condición adquirida de licántropo, será  el arma utilizada por el estamento patriarcal para salvaguardar el orden y la moral de sus vástagos, dominados  de forma y manera explícitamente sexual por la pareja de seductores vampiros, auténticos encantadores de serpientes que continuamente crean ilusiones a su paso. Precisamente la llegada nocturna a la solitaria estación de tren por parte de los no muertos es uno de los grandes momentos del cine fantástico español.
Podemos concluir diciendo que La marca del hombre lobo, Gritos en la noche y Miss muerte de Jesús Franco, La llamada de Javier Setó, Malenka, prescindiendo del pegote final añadido en su versión española, de Amando de Ossorio, o La residencia de Narciso Ibáñez Serrador son excelentes propuestas del cine fantástico español de los 60, y una magnífica muestra de lo que pudo haber sido el género y no fue, salvo  honradas excepciones.  
Review by Chus Parrado