AKA: El internado de la muerte
/ School of dead
Dir: Pedro L. Ramírez
Año: 1975
País: España
Música: CAM España
Cast: Dean Selmier, Sandra Mozarowsky, Victoria Vera, Norma Kastel, Carlos Mendy, Estanis Gonzalez, Angel Menendez, Tito Garcia, Cris Huertas, Elisenda Ribas, Mario Alex, Ana Farra
REVIEW
Habitualmente se suele despachar la pelicula El colegio de la muerte, dirigida en 1974 por Pedro Luis Ramírez, rapidamente, argumentando lo mala que es y comentando que es un mero exploit de La residencia (Narciso Ibáñez Serrador, 1969). Conviene dejar claro que se trata de una verdad, pero casi a medias. Mala es, aunque sería mejor decir que es mala a su pesar, porque no están aprovechados sus ingredientes argumentales, aglutinados en su delirante trama, y que no, no es una mera imitacion de La residencia, por más que sus primeros minutos inviten a creerlo.
Al comienzo de la película, cuya acción transcurre en el Londres de 1899, el espectador contempla los elementos morbosos de un internado femenino, los mismos que exhibía la notable obra de Ibáñez Serrador, sólo que expuestos y filmados de forma y manera torpe y rutinaria. Para acto seguido, con un entreacto adscrito al género de misterio psicológico, penetrar en una trama propia del folletin francés de principios del siglo xx. Trama folletinesca con sus falsas verdades, falsas y ocultas identidades, temibles y crueles villanos y heroínas constantemente en peligro y amenazada. El colegio de la muerte recuerda en más de una ocasión a las primeras peliculas fantásticas de Jesús Franco, realizadas en la primera mitad de los años 60. Y está estrechamente relacionada con la poco conocida coproducción entre España y USA Fuego, dirigida en 1963 por Julio Coll, cuyo productor, Sidney Pink, fue el autor de su guion, y a la que también debe, y no poco, Darkman de Sam Raimi.
Lástima que tan atractivos materiales en manos de Pedro Luis Ramírez, aunque también ayuda su escasísimo presupuesto, resulten casi estériles, casi, al manejar torpememte los mismos, mediante una direccion torpe y estática, cuando la febril trama argumental pide ritmo y vigor. Los actores ofrecen actuaciones estereotipadas, y el montaje es deficiente, aunque si bien es cierto que existe una voluntad de establecer, digamos, un visual contraste entre el físico de la protagonista, Sandra Mozarowsky, dulce e ingenuo, con el carácter cruel, falso y autoritario de los personajes que la rodean. Mencionar que los escenarios naturales, ubicados en Madrid y Toledo, como son los cementerios y las estrechas callejuelas del toledano barrio de la juderia, envueltos en neblina, debienen en inutiles practicamente, al ser incapaz el director de dar espesor atmosférico a los mismos, para que desprendan el hálito malsano e irreal al que apunta su argumento. Un argumento que contradice la puesta en escena de Pedro Luis Ramírez, puesto que apunta y asevera que el horror y el mal no reside en la truculencia, sino en los sentimientos que nos desestabilizan.
Review by Chus Parrado
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