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EL PLACER DE MATAR

FICHA TÉCNICA
T.O.:  El placer de matar
AKA: Pleasure of Killing
/Töten Mein Hobby
Año: 1988
Dir: Félix Rotaeta
País: España
Music: Carlos Miranda
Cast: Antonio Banderas, Mathieu Carriere, Victoria Abril, Mario Gas, Jeanniene Mestre, Walter Vidarte, Achero Mañas, Vicky Peña, Emma Suárez, Manuel de Benito

REVIEW
Dirigida por uno de los hermanos mayores de La Movida madrileña, Félix Rotaeta, que adapta su propia novela "Las pistolas" escrita en 1981. Un relato terriblemente violento y duro aligerado por Rotaeta a la hora de trasladarlo a la pantalla, omitiendo pasajes de necrofilia y recortando bastante el uso que hacen de la droga los dos protagonistas, esnifando cocaína cada dos páginas. También cambia algunos detalles, seguramente con la intención de hacer la historia más cinematográfica y ajustarla a las necesidades de producción, pero que no afectan para nada a su esencia. La mayoría de situaciones y diálogos son calcados al texto original.
Dos personas son contratadas para cometer un asesinato. Luis (Antonio Banderas), un lobo solitario, seductor de barrio metido en asuntos de drogas, se mueve por los bajos fondos y garitos nocturnos. El otro, Andrés (Mathieu Carriére), de buena familia, profesor universitario con graves conflictos sexuales y existenciales. Ambos se conocen accidentalmente mientras realizan dicho trabajo sucio para su antiguo instructor de tiro, Barrantes (Walter Vidarte), un ex-militar con oscuras conexiones que les ordena olvidar sus caras. 
Pero poco tiempo después, una noche, Luis reconoce a Andrés por la calle cuando éste va a entrar en el portal de casa; Luis le aborda sigilosamente por detrás marcando el cañón de su pistola en la cabeza de Andrés, éste responde invitándole a subir para tomar una copa. En la charla aflora una conexión especial entre ellos y un amor común por las armas; el camello promete regalarle una pistola al profesor. Días después quedan para hacer tiro a las afueras y beber whisky. Poco a poco sus encuentros se volverán más obsesivos y enfermizos, desembocando una ola de muertes por todo Madrid:  juntos recorren la ciudad de noche en busca de víctimas inocentes a las que disparar.
El inspector de policia Santana (Mario Gas) empieza a relacionar recientes casos de desaparición de mujeres con los asesinatos en masa.
Luis sale con Merche (Victoria Abril), pero no quiere comprometerse demasiado; ella está deseando que le pida que vaya a vivir con él, pero Luis sólo la lleva a casa por el sexo. Por otro lado, Andrés tiene una novia de toda la vida,  Ana (Jeannie Mestre) con la que nunca ha mantenido relaciones sexuales y a la que secuestrará para convertirla en la primera víctima del dúo. En el libro, después de atarla a un árbol y usarla como muñeco de tiro, Andrés se excita (lo que no le ocurría cuando estaba viva) y viola el cadáver de Ana, algo que Rotaeta nos narra con una naturalidad que asusta. 
El escritor-director traza una interrelación entre armas/erotismo y violencia/sexo, de forma diferente para cada uno de los dos protagonista según sus personalidades. Luis es más vitalista y desenfadado, no se fustiga por su naturaleza asesina; por contra, Andrés es un ser apático atrapado en sus propios diálogos internos. Ambos son psicópatas sin empatía por el ser humano, pero digamos que las resacas a sus noches de jarana homicida son diferentes.
Antonio Banderas y Victoria Abril coincidieron aquí un año antes de hacerlo en Átame (Pedro Almodóvar, 1989). No hay duda de que el actor malagueño poseía una combinación explosiva de atractivo físico y un lado oscuro muy potente que le permitía hacer personajes como el de La ley del deseo (Pedro Almodóvar, 1987) o en la mencionada Átame, llevado al paroxismo en el título que nos ocupa. Algo de eso tenía también Mathieu Carriére, aunque no conozco tan a fondo la carrera de este actor francés (al que presta voz Emilio Gutiérrez Caba) sí lo vi en una peli brutal llamada Nacido para el infierno (1976), una producción alemana inspirada en uno de los casos más horripilantes de la crónica negra estadounidenense. En Nacido para el infierno Carriére interpretaba a Richard Speck, que una noche de 1966 violó y asesinó a ocho jóvenes enfermeras de Chicago. Estoy convencido de que Rotaeta conocía aquella película y por eso eligió a Mathieu Carriére. 
Felix Rotaeta escribió "Las pistolas" en 1981 después de tener un papel importante en  Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón; el mismo año 81 del intento de golpe de estado del coronel Tejero o del histórico Concierto de Primavera considerado el momento cumbre de la Movida.  
Seis años después, en febrero de 1987 comienza el rodaje de El placer de matar, el mismo año que Ana Curra graba el tema "Rien De Rien" con el que (auto)proclama la defunción de la Movida y año en el que el más icónico cineasta de aquel movimiento contracultural preparaba su asalto a la alfombra roja de Hollywood con Mujeres al borde de un ataque de nervios
Tanto la novela como la película no tendrían sentido sin la ciudad de Madrid como telón de fondo; en la novela se plasma como un personaje más; se mencionan locales emblemáticos como "La vía láctea" y la sala "El Sol" y barrios como Usera tienen una gran importancia en la trama. En la película también, pero esta vez sus imágenes trasmiten una especie de  melancólica (o al menos así me lo parece), como el preámbulo a la masacre que tiene lugar en los sótanos de la Gran Vía y el gélido final entre los dos protagonistas. 
Los que conocieron a Rotaeta hablan de él como un genio bohemio, bebedor y con tendencia al desfase nocturno. Dicen que prácticamente vivía en la sala "El Sol", allí gozaba de barra libre y allí sus amigos y compañeros le rindieron homenaje tras su muerte en 1994. A comienzos de los 70 acogió en Los Goliardos (compañía teatral que gestionaba) a un joven Pedro Almodóvar recién llegado a la capital.  También a Carmen Maura con la que haría su segunda y última película como director, Chatarra (1991). Rotaeta falleció a los 55 años durante el rodaje del western futurista Atolladero, donde hizo buenas migas con Iggy Pop.
Personalmente, en general, tengo bastantes prejuicios hacia el cine español de los 80 en adelante, y salvo honrosas excepciones es difícil que una película facturada de aquel periodo a esta parte me cale de verdad. El placer de matar es una a la que le rindo culto, pero entiendo que a mucha gente esta película no le guste por el motivo que sea. Lo que sí diría es, que si la vieron en su día en el cine o en vídeo, le den una segunda oportunidad. Yo la he vuelto a ver recientemente en FlixOlé con bastante buena calidad y en países como Alemania está editada en dvd con opción de audio en castellano. Y por supuesto, recomiendo leer también la novela si se tiene ocasión.
El placer de matar pertenece a un selecto club de películas. Selecto no por su calidad o condición, pues son variopintas, sino por la manera que exploran la violencia y que, al igual que los protagonistas de Rotaeta, sólo con verse se sabe que pertenecen a la misma estirpe. Desde La Soga (Rope, Alfred Hitchcock, 1948) a Los chicos de al lado (The Boys Next Door, Penélope Spheeris, 1985), pasando por La naranja mecánica  (A Clockwork Orange, Stanley Kubrick, 1971) o Furia Homicida (Fango Bollente, Vittorio Salerno, 1975). Se admiten miembros.
Review by Gerard Fernández

MAS IMÁGENES DEL FILM

WALK THE WALK

FICHA TÉCNICA
Título Original:  Walk the walk
Año: 1970
Dir: Jac Zacha
País: USA
Music: Kevin and Eric/Jac Zacha
Cast: Bernie Hamilton, Honor Lawrence, Eric Weston, Steve Lavigne, Bert Hofman

REVIEW
Hace un par de años se encontró una copia en 35mm de esta película que se consideraba perdida, ya que al parecer todos los originales fueron destruidos. Lo que no se ha encontrado y parece perdido para siempre es un prólogo que iba empalmado a parte, donde el propio director presenta y explica su película. 
Escrita y dirigida por Jac Zacha, Walk the walk cuenta las peripecias de un estudiante de teología negro adicto a la heroina y sus incursiones en el submundo hippie de Los Angeles a finales de los años 60. La historia es declaradamente autobiográfica, aunque Zacha en realidad no era negro.  
La película comienza a ritmo de una versión groove del Dies Irae, con un cartel que dice: "America's Fearless Showman " con la firma y un dibujo de Kroger Babb, mercachifle de los films exploitation educacionales (educación sexual, médica, antropología...) de los años 40 y que ya semi-retirado financió esta película. El Dies Irae suena ahora sólo con acordes de guitarra. La primera escena nos sitúa en la habitación del protagonista, que despierta gritando y sudando de una pesadilla. Al lado de la cama hay un reclinatorio, donde se arrodilla con su Biblia a rezar. Parece entrar en trance y como poseído se retuerce lamiendo el suelo y las paredes con su lengua mientras el Dies Irae ya ha vuelto a su versión más funk. Dentro de la Biblia se nos muestra una enorme jeringa de yonqui ¿Quién no se quedaría enganchado tras este comienzo? 
Mike, así se llama el seminarista adicto, visita un club de los bajos fondos en busca de droga. Allí conoce a variopintos personajes, entre ellos a Judy, una especie de gurú hippie que también es prostituta y traficante con la que inicia una relación. A partir de aquí la trama empieza a desarrollar varios conflictos violentos y pasionales entorno a la adicción del protagonista. Y aunque la intención de Jac Zacha era hacer un film con moraleja sobre los peligros de la droga, no me da la impresión que caiga en la típica autocompasión de las películas-denuncia que presentan al adicto como una víctima. Dentro de que hablamos de un film delirante, hay cierta honestidad cuando al protagonista, el seminarista yonqui negro, se le trata de farsante y cobarde.

A DESTACAR
Mike está interpretado por Bernie Hamilton (hermano de la leyenda del jazz Chico Hamilton), que había protagonizado una película de Buñuel, La Joven (1960) y que después sería el jefe de Starsky y Hutch en la famosa serie de televisión; además de aparecer en ¡Grita, Blácula, Grita! (Drácula Negro 2)  y en algunas blaxploitation de Fred Willliamson.

Los diálogos entre Judy y Mike,  que parecen improvisados por ambos actores, hablando de cine y dibujos animados.

La boda hippie oficiada por Judy con parafernalia esotérica.

La persecución que comienza en una especie de mina abandonada y termina con una pelea en lo alto de una montaña rocosa.

La sensación de resaca traumática post-Charles Manson como telón de fondo y los escenarios de una particularmente tétrica playa de Venice y sus muelles, que dan a la película un tono extraño y sombrío en sus mejores momentos. El excéntrico barrio de Venice también fue el escenario de la psicotrónica monster movie Slithis.

Sobre la versión que se escucha del Dies Irae, apuntar que en 1968 Ennio Morricone había creado el increible "Dies Irae Psichedelico" para la película Escalation, que luego Paul Naschy usaría en El Carnaval de las Bestias. No descartemos que la composición del genio italiano inspirara a Jac Zacha para incluir algo similar en la música de su película.

Walk the walk fue restaurada por Nicolas Winding Refn, en su labor de mecenas recuperador de rarezas cinematográficas.
Review by Gerard Fernández


MÁS IMÁGENES DEL FILM

BOBBY G. CAN'T SWIM

FICHA TÉCNICA 
AKA: Drug dealer
Dir: John-Luke Montias
Año: 1999
País: USA
Música: Ed Tommey
Reparto: John-Luke Montias, Vincent Vega, Paul Maged, Donna Sonkin, Andrew Rein, Norman Milton, Michael Gnat, Gene Ruffini, Susan Mitchell, Rick Poli, Steve Heinze, Gilbert Glenn Brown, Tony Caso


REVIEW
El cine indie americano conoció su apogeo en los años 90. La década que alumbró a Richard Linklater (Slaker, 1991), Quentin Tarantino (Reservoir Dogs, 1992), Kevin Smith (Clerks, 1994) o Darren Aranofsky (Pi, 1998), por citar algunas de las operas primas hoy más recordadas y que pueden servir de contraste con la película que aquí comento, Bobby G. can't swim.
Con apenas veinte mil dólares y marcándose un triple debut como actor, director y guionista, John-Luke Montias realiza una de las más sorprendentes, olvidadas y desconocidas gemas del cine independiente americano de los 90.
Montias es Bobby G., un pequeño traficante que se dedica al menudeo de cocaína y que se mueve por la marginal barriada conocida como “La Cocina del Infierno” (Hell's Kitchen), en Nueva York. Pasa papelinas de polvo blanco a 20 dólares, de las que apenas saca beneficios pues el mismo también es consumidor.
Al comenzar la peli vemos como le echan a empujones de un antro a plena luz del día; a continuación, tras una esquina esnifa lo poco que le queda y después de mear en medio de la calle se marcha a dormir la resaca junto a su novia, una prostituta puertorriqueña.
Bobby G. es un superviviente. Podemos llegar a intuir que no vive la vida que un día soñó y que está hecho de otra pasta, pero se ha acostumbrado a vivir con el agua al cuello. Entusiasta en lo suyo pero sin suerte, mueve su material a conocidos y variopintos personajes de la zona; también a jóvenes de clase media-alta de Manhattan que se dejan caer por la "Cocina"...
Un día, uno de sus clientes de Manhattan le pone en contacto con unos yuppies que quieren comprar un kilo de cocaína, en principio algo fuera del alcance de Bobby G. pero también una oportunidad que no puede dejar pasar... A partir de aquí los acontecimientos inesperados se suceden.
Bobby G. can't swim es un cuento urbano de los bajos fondos de La Gran Manzana. Hiperrealista, con pasajes de gran tensión y desesperanza. Un drama criminal con un espíritu especial, en gran medida por el estudio psicológico que Montias hace de su personaje, alejado de estereotipos.
 Por su escaso presupuesto algunos momentos podrían parecer sacados de Street Trash (Jim Muro, 1987), pero si queremos buscarle referentes sin duda está más cerca de las películas neoyorkinas de Abel Ferrara. A nivel muy personal, sólo me ha producido sensaciones parecidas otra gran desconocida, L'Imperatore di Roma (Nico D’Alessandria, 1986) donde la cámara sigue las andanzas de un yonqui real en una desoladora Roma.
Bobby G. can't swim fue emitida por La 2 de TVE a mediados de la década del 2000, en un furtivo pase nocturno de domingo, convirtiéndose en culto instantáneo para un puñado espectadores. Los que seguro que también la conocen, y hasta se la saben de memoria, son los hermanos Safdie...
Review by Gerard Fernández


*Dedicada a mi hermano Deif (sortudo espectador de aquel pase televisivo) que me descubrió esta peli.